EL PARTIDO NACIONALISTA
El nacionalismo es una realidad histórica y su primer planteo
se realizó, en mayo de 1810, entre los tradicionalistas y europeizantes, que
meditaron sobre la constitución de la primera Junta. Criollos y españoles se
vieron sobrecogidos y exhaustos ante la problemática de la realización, pero
con fe en el futuro, se evidencian como los primeros nacionalistas en actitud
de sentimientos que componen la trama de una conspiración, en que saben que sus
actitudes ordinarias y extraordinarias, los pueden conducir a la muerte. No hay
noticias del liberalismo entre los bandos en pugna a pesar de la traducción al
español del “Contrato Social” realizada por Mariano Moreno con el agregado de
“Cristianización de los errores y herejías de Juan Jacobo Rousseau”, que fue
muy leído.
* *
En 1928, renació el nacionalismo como movimiento juvenil de
manifestación de oposición al Yrigoyenismo, sin considerar que el presidente
Hipólito Yrigoyen, en su esencia y conciencia, era nacionalista en su
pensamiento y Radical en su política. En la iniciación del movimiento
revolucionario había un sentido de deseo de la iniciación de un gobierno mejor,
pero carecía de doctrina política, hasta 1930 en que se publica “Una nueva edad
media”, en la que su autor Berdiaeff trasunta una concepción cristiana en beneficio
de los ideales patrios, contribuyendo al desarrollo del orden moral. Fue en
aquellos momentos en que el nacionalismo parecería una reproducción del
movimiento católico de 1884, iniciado a raíz de la encíclica pontificia
“Humanus Jenus", atacada por Domingo Faustino Sarmiento.
PARTIDO NACIONALISTA ACTA DE CONSTITUCION
En la ciudad de Buenos Aires, Capital Federal de la República
Argentina, a un día del mes de octubre del año un mil novecientos veinte y
seis, en la casa de Don José Guerrico, calle Arenales, número un mil treinta y
siete, se reunieron, por invitación de los señores José Guerrico, L. Marcelo de
Lezica, Adolfo Mugica, Tomás J. Barry, Eduardo Pellet Lastra, Miguel Sorondo,
Marcos A. Ta- veira, Juan José García, Francisco Borone, Luis Máspero y Silvio
M. Peri, los ciudadanos cuyos nombres figuran al margen y que han firmado el
registro de asistencia que es parte de esta acta. Siendo la vigésima segunda
hora, el dueño de casa declara abierto el acto y dice que el objeto del mismo
es dar cuenta de una serie de gestiones realizadas desde hace varios meses, en
pro de la organización de un partido “NACIONALISTA”, impersonal, rigurosamente
democrático y principista en la Capital Federal; que dicho partido tendría su
programa, estatutos, etc., orientados en el sentido de afirmar sólidamente nuestra
nacionalidad, fomentando las industrias nacionales y apoyándose en las fuerzas
vivas, en las fuerzas productoras de energía y de riqueza, fuerzas que han sido
des-preciadas por la pseuda política de hoy. Dijo luego que las gestiones
encaminadas a la constitución de ese partido, han tenido un éxito discreto y
que en varias partes de la ciudad se cuenta con importantes núcleos que están
dispuestos a prestar su decidido apoyo a la agrupación que se trata de fundar.
Terminó manifestando que la Asamblea, si lo consideraba oportuno, debía
pronunciarse sobre la conveniencia de declarar fundado el “PARTIDO
NACIONALISTA” y en caso afirmativo designar las autoridades provisorias a cuyo
cargo estaría la dirección de la Asamblea que se realizaba. Los asistentes
aplaudieron entusiastamente las palabras del señor Guerrico y después de
aprobar las gestiones realizadas en pro de la constitución del nuevo partido
designaron Presidente provisorio al nombrado D. José Guerrido y Secretarios a
los señores L. Marcelo de Lezica y Eduardo Pellet Lastra. Los designados
ocuparon sus puestos entre los aplausos de los presentes y a continuación
expresó el señor Presidente: “Corresponde bautizar el partido político que
acabamos de fundar”. Cedida la palabra al señor Mugica, dijo al respecto: “Los
organizadores hemos resuelto llamar a ” la nueva fuerza cívica PARTIDO
NACIONALISTA ” pues es un nombre que nos dice muchas cosas: Nos ” habla de
nuestra tradición, de nuestros más puros sentimientos de argentinos, de los más
caros recuerdos del ” terruño. Envuelve todo un programa de acción y de
”gobierno”. Las palabras del señor Mugica son recibidas con visibles muestras
de aprobación y la Asamblea, por unanimidad aprueba el nombre que los
organizadores han resuelto dar al partido. El asunto siguiente de la Orden del
Día, dice el señor Presidente, lo constituye el programa de la agrupación. Se
da lectura a un proyecto suscripto por los señores Mugica, Lezica y Barry, el que,
después de ligeras modificaciones, queda sancionado en la siguiente forma: “El
programa de principios del Partido Nacionalista, estará condensado en los
siguientes ’’propósitos: l9 — Afirmar vigorosamente el sentimiento” de la
nacionalidad por el respeto de la Constitución y el ’’culto de las tradiciones.
2?— Estabilidad del régimen ’’que asegura la existencia y ampara el ejercicio
de la ”propiedad individual, defendiéndolo contra la persecución de los
impuestos extorsivos e inicuos. 39 — Representación proporcional de las
minorías en las elecciones ’’políticas. 49 — Presupuestos equilibrados,
observancia ”en los gastos de un régimen estrictamente legal. 59 —
Reducción de impuestos a los artículos de primera necesidad,
contemplando los intereses de los Capitales y ” obreros vinculados a las
Industrias Nacionales. 6^ —
Fomento de la sub-división de la tierra pública a fin ”de que
el poblador o colono pueda llegar a la adquisición ” de la propiedad en
condiciones ventajosas para él y para ” el Estado. Reducción de gastos en las
operaciones a plazos de la pequeña propiedad. Difusión del crédito agrícola,
abaratamiento de los medios de producción y de ”transporte. 7° — Organización
del trabajo en forma que “ofrezca seguridades de estabilidad al capital
invertido en ”industrias, a la vez que legisle en favor del obrero para ”
obtener la participación proporcional en el valor del ” producto industrial,
seguridad e higiene en los talleres, ” reparaciones en caso de infortunio,
protección a la vejez, a las Cooperativas de consumo y a las sociedades de ”
edificación de casas baratas e higiénicas. Tribunales de "conciliación y
arbitraje. 89 — Fomento, distribución y ”protección de la inmigración
seleccionada. 9^ — Plan ”general de vialidad e irrigación a fin de favorecer el
” desarrollo de las fuentes de riqueza de las provincias. ” 10. — Difusión de
la instrucción primaria y profesional, mediante la multiplicación de las
escuelas, hasta donde ” lo permitan los recursos y los medios. Reglamentación ”por
Ley de la enseñanza secundaria y normal, a fin de ” asegurar su estabilidad; orientación
de la superior, armonizando los conceptos teóricos con las modalidades y ”
exigencias del país. Legislación sobre el magisterio, que ”asegure:
Permanencia, ascensos y retiro oportuno al ’’personal docente. 11. — Administración
de justicia honesta, rápida y económica. 12. — Independencia de los ”Tribunales
encargados de la clasificación del personal ” del Ejército y Armada a los
efectos de la estricta justicia en los ascensos. Régimen procesal y punitivo
que, ”sin afectar la disciplina, amplíe la defensa y suavice la ” represión,
reconociendo en el conscripto al hombre y al ” ciudadano, con pasiones y con
honor. 13. — Fundación ”de colonias para penados, modificando fundamentalmente
el actual sistema Penitenciario. 14. — Fomento de las ”instituciones privadas
que tiendan a hacer práctico el ’’ahorro por pequeñas cantidades. 15. — La ley
general ” sobre empleados públicos bajo los principios de competencia,
estabilidad y ascensos”. Sancionado el programa precedente, manifestó el señor
Barry, que los invitados a esta reunión habían omitido, por olvido, la
presentación de un^ proyecto de estatutos, razón por la cual y dado también lo
avanzado de la hora, proponía que se nombrara una junta de gobierno, compuesta
de un Presidente, un Vicepresidente, tres Secretarios, un Tesorero y Protesorero
y veinte Vocales, la que tendría la siguiente misión: “a) Dictar el estatuto
del partido, b) Considerar si existe conveniencia en que el partido tome parte
en las ” próximas elecciones Comunales y en caso de resolverlo ”
afirmativamente, redactar la plataforma electoral que ” sostendrá la
agrupación; elegir los candidatos a Concejales y correr con los trabajos
previos a ese acto, instalando los Comités y Subcomités que considere necesario,
patrocinando conferencias y demás actos de propaganda que estime conveniente,
c) Procurar los fondos ” necesarios para la vida de la agrupación, d) Llenar
las ’’vacantes que se produjeran en su seno, e) Realizar to- ” dos los actos de
gobierno del partido, hasta que las autoridades creadas por el estatuto que la
Junta de Gobierno ” sancione, entren en funciones, lo que deberán hacer ’’antes
del mes de julio del próximo año”. El proyecto del señor Barry dio lugar a una
larga discusión, en la que intervinieron varios de los presentes. Cerrado el
debate por moción del señor García, la Presidencia lo puso a votación en
general, siendo aprobado. En particular sufrió una modificación el inciso (e)
que quedó redactado en los siguientes términos: “Realizar todos los actos de ”gobierno
del partido hasta el mes de marzo próximo, en ” el cual deberán hacerse cargo
de la dirección del mismo, las autoridades creadas por el Estatuto sancionado ”
por la Junta de Gobierno”. A continuación, preguntó el señor Presidente si la
elección de la Junta de Gobierno se realizaría en la presente sesión o si sería
motivo de otra. A moción del señor Barry, se resolvió realizar la elección
inmediatamente y por indicación del señor Peri se acordó designar los componentes
de la Junta por aclamación. Se pasó en seguida a hacer esas designaciones
re-cayendo los nombramientos en las siguientes personas: Presidente don José
Guerrico; Vicepresidente don Adolfo Mugica; Secretarios Arturo Bayala, Faustino
I. Parera y Vicente P. Valía; Tesorero L. Marcelo de Lezica; Protesorero Delfín
Huergo Paunero; Vocales Tomás J. Barry, Silvio M, Peri, Octavio Piñeiro
Sorondo, Carlos Sidders, Luis Máspero, Fermín R. Salaberry, Marcos A. Taveira,
José A. Babuglia, Alfredo Lazcano, Martín Sánchez, Antonio Baibiene, Miguel
Sorondo, Eduardo Pellet Lastra, Ernesto Laspiur, Francisco Borone, Juan José
García, Pablo Sola, Angel E. Ibarra García, José Demaría Sala y Carlos Nevot.
Una vez elegida la Junta de Gobierno, dijo el señor Mugica: “Antes de aceptar
el cargo honroso ” para el que se me ha elegido, debo aclarar, en nombre ” del
señor Guerrico y en el mío propio, la situación en ” que ambos nos encontramos.
Representamos los dos, en ”el Concejo Deliberante a una fuerza cívica que en su
” hora salvó al país de las garras del despotismo. Me refiero a la
Concentración Nacional. Hace unos meses la ”Concentración Nacional recibió la
invitación de un grupo de ciudadanos para contribuir a la organización de ” un
partido liberal nacionalista en la capital. El objeto ”de los iniciadores de
ese movimiento, era el de refundir ” en una sola a diferentes fuerzas políticas
que en la ” capital se sienten adversas a los dos partidos dominantes y la
creación de nuevos núcleos que hiciera posible la organización de un partido
respetable y serio.
La Concentración Nacional por mandato de su Convención,
resolvió adherirse a esos trabajos y desde entonces los hombres que estábamos a
su frente, hemos bregado por llegar a un resultado positivo. La tarea no fue ”
fácil y a las dificultades encontradas se debe el que ” algunos de los que nos
acompañaron en la primera hora ” hayan desertado y a que otros hayan
constituido grupos ” disolventes que nos vimos obligados a separar del grupo ”
organizador, pero al fin los que teníamos el propósito ” de constituir el
partido en cuya organización estábamos ” empeñados, hemos podido estrechar
filas y llegamos a ” esta reunión decididos a trabajar por el bien de nuestro ”
país, confiando en que nuestra acción será sana, honesta y capaz. Esta Asamblea
ha ratificado nuestra gestión. Yo agradezco sinceramente esa aprobación y ya ”
fundado el nuevo partido, daremos cuenta al comité de ” la Concentración
Nacional de todo lo hecho a fin de que ” aquella fuerza se adhiera
definitivamente a la nueva”. Después de los aplausos que el señor Mugica
mereció por su exposición, el señor Presidente manifestó que la Junta de
Gobierno funcionaría en el local en que lo hizo la Junta Organizadora, situado en
la calle Lavalle número seiscientos cincuenta y cinco. El señor Barry propuso
que se diera cuenta inmediatamente de la constitución del Partido a la Junta
Electoral, resolviéndose afirmativamente. El señor García expresó sus deseos de
que la Junta de Gobierno hiciera lo posible por continuar aportando los
recursos indispensables a los Comités que constituyeran los organizadores a fin
de que aquellos pudieran continuar funcionando. Después de aceptarse una moción
del señor Lezica consistente en que se considerarán fundadores del Partido a
los que en el término de ocho días firmaran el registro de asistencia que
suscribieron los presentes al iniciarse la sesión y de designar a los
invitantes para suscribir el acta de esta Asamblea, se levantó la sesión siendo
las dos y treinta horas del día dos de octubre del año up supra.
Firmado: José Guerrico, L. Marcelo de Lezica, Adol¬fo Mugica,
Tomás J. Barry, Eduardo Pellet Lastra, Miguel Sorondo, Marcos A. Taveira, Juan
José García, Francisco Borone, Luis Máspero y Silvio M. Peri.
Es copia fiel del acta de constitución del Partido Nacionalista
que corre de fojas una a fojas siete del libro de Actas de dicho partido. — Buenos Aires, octubre 4 de 1926.
Los movimientos nacionalistas, prolegómeno de conjuntos, o
parte de la vida individual y colectiva que procura desarrollar un auténtico
ser argentino, se encastraron el 6 de septiembre de 1930, inflacionados con el
materialismo de época, en que sin ser todavía espiritualistas, domina la
pasión, la idea y el deseo de acción, con plena manifestación de voluntad de
ejecución de hechos, pero en el mundo exterior de los sentidos, aún no había
espiritualistas y si bien todos coincidíamos, nos dividimos sin luchas, para
seguir a un grupo de hombres que propalaban teorías del más puro sentir
nacional.
LEZICA DE, Manuel: Recuerdos de un nacionalista, Editorial
Astral, Bs.As., 1968, p.p. 87-93
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