Fundación de la Legión
Cívica Argentina
Cuando los entusiasmos
patrióticos y la sinceridad heroica del teniente general Uriburu capitaneaban
la juventud sana del país, el Jefe del Gobierno Provisional, lanzaba un decreto
en cuyos cinco considerandos fundamentales quedaban explicados los fines y propósitos
permanentes perseguidos por la Legión Cívica Argentina. A la palabra clara de
la resolución del Gobierno le correspondió explicar al país, su objeto, que no
podía ser otro, que el de una inspiración superior de bien público, dirigida a
asegurar los principios cardinales del nacionalismo, amenazados por los avances
de la disolución negativa y del caos sembrado por la ineptitud y el desorden
sin control.
La Legión Cívica Argentina, dijo
el decreto, tiende a afianzar los sentimientos patrióticos y nacionalistas del
pueblo argentino e infiltrar en el alma popular sentimientos de bien público.
Es una fuerza apolítica y un factor de orden inspirado en el afianzamiento del
Estado y de las leyes que condensa el espíritu de la Revolución. Desde sus orígenes,
la Legión Cívica fue eso y nada más que eso: una fuerza apolítica, una fuerza
de orden, creada para afianzar los sentimientos patrióticos y nacionalistas, e
infiltrar en el alma popular sentimientos de bien público
Debemos decirlo y repetirlo para que
resplandezca la partida bautismal que orientó nuestros primeros pasos, no solo
frente a las desviaciones que le atribuyen los que se empeñan en nuestro
desprestigio, sino porque está clavado como el primer día, el mismo pendón,
para continuar guiándonos en nuestra empresa, que sigue su marcha en pos de sus
ideales, que hoy como ayer, son los ideales del 6 de septiembre.
Tal fue nuestro origen. Tal fue
nuestra razón de ser. Tal fue la orden que nuestro jefe y fundador nos
impartió, en un decreto que discutirán los que han discutido todo, hasta las
glorias nacionales, pero que está ahí, intacto, entre los documentos públicos
que la Revolución de septiembre redactó con el calor y la sinceridad de sus
grandes actos.
Roberto Leferrére agrupó en la
“Liga Republicana” valores indiscutibles, entre los que se destacaron los hermanos
Carlos y Federico Ibarguren, Jack Díase Vieira, Ernesto Palacio, Faustino de
Lezica, Alberto Contreras, Nenucho Muñiz, Carlos Dardan, Fernando Benítez Basa
vilvaso, Olegario Andrade, Fernando Cullen y muchos más. El movimiento era
corporativista y tradicionalista, dispuestos a la lucha combativa fruto de sus
virtudes reflexivas y perseverantes en procura de soluciones susceptibles de
producir una simiente del que brote el querer obrar en beneficio del país.
La Legión de Mayo estaba agrupada
por Daniel Vi dela Dorna, Rafael Campos, Wenceslao. Pauner o, Raimundo Meabe y
un grupo muy numeroso^que después del 6 de septiembre de 1930 se hizo
muchedumbre; pero una circunstancia la dividió al transformarla en Legión Cívica,
y si bien una legión, hija de la otra eran una misma, los primeros legionarios
nos resistimos a cambiar el nombre de la organización en que nos habíamos
iniciado, y así Rafael Campos nos reagrupó tomando la Jefatura y le secundé
como secretario. Los argumentos de Rafael Campos eran concluyentes en la
concepción para la ejecución en análisis psicológicos de ideales acompañados de
pasión, que al igual que la Legión Cívica, deseábamos una nueva revolución con
espíritu combativo para lograr la revisación del servicio publicó al servicio
nacional, en un movimiento preventivo y curativo.
El nazismo, fascismo y
falangismo, a pesar de sus doctrinas foráneas, germinaron dentro del
nacionalismo en sus doctrinas. Si estas teorías llegaran a encarnarse en
nosotros, perderíamos por completo el derecho de denominarnos nacionalistas.
De tiempo en tiempo, y según la
época, aparece entre los inventores, investigadores y genios de las distintas
ciencias, un conductor capaz de enseñar y guiar asumiendo la responsabilidad de
la dirección. En 1935, ese hombre o mejor dicho, aquel muchacho que sobresalía
entre los de la juventud estudiosa por sus condiciones morales e ideales, se
llamaba Juan Queraltó. De sus ideas compartidas por un grupo estudiantil, nació
la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, que en eT día de su fundación,
lo eligió jefe por aclamación general de los organizadores, teniendo como
colaboradores inmediatos a Alberto Bernaudo en carácter de Secretario General,
y a Piquillín González Iramain como Tesorero. Entre los muchos valores de
jóvenes nucleados se destacaban Oscar Serantes Peña y Arancibia Rodríguez. El
conjunto juvenil se aprestaba para establecer los cimientos que constituyen la
firme base para la unidad nacional en el advenimiento de una gloriosa era de
paz.
La UNES tomó incremento en los
colegios secundarios de toda la nación y se afiliaron a la entidad muchos
jóvenes que no eran estudiantes, y por esta razón en 1937, se resolvió fundar
la Alianza de la Juventud Nacionalista, nucleando así a la juventud que en
grupos selectos y dispersos, luchaban con dificultad en el sendero del estudiante,
y otros ajenos al estudiantado, que también buscaban la verdad de la causa en
procura de reformas morales, siguiendo el ejemplo de los fundadores del movimiento
que continuó teniendo como jefe a Juan Queraltó, siempre secundado por Alberto
Bernaudo y Oscar Serantes Peña. La sede provisoria lograda por Daniel Videla
Dorna estaba ubicada en el Pasaje Anchorena, Avenida de Mayo 939, y la
definitiva en Piedras 126, donde cómodamente pudieron actuar hasta el año 1943,
en que por Decreto del Gobierno Provisional del General Pedro Pablo Ramírez, al
disolver los partidos políticos, incluyó a las entidades nacionalistas, entre
las que se encontraba la Alianza de la Juventud Nacionalista.
En 1943 surgió la Alianza
Libertadora Nacionalista, siempre con Queraltó en la jefatura que piensa, desea
y obra buscando una combinación, que sin engendrar eternas y estériles disputas,
saquen del profundo abismo los errores a los que pasivamente permanecían en la
oscuridad con escepticismo y sin idealismo. Una fracción de renovación que con
Bonifacio Lastra, no quieren caer en el absurdo, se unen como una parte del
todo en la unidad de la Alianza. El Escribano Hernán Seaber, con otro grupo de
la Liga Republicana, que también sienten y piensan, se incorpora a la Alianza
en la que se encontraban estrechamente vinculados en una común sensación
operativa que tiene por destino una organización que despierte las facultades
congénitas al deseo de un hacer racional.
Bonifacio del Carril no se unía a
este conjunto, posiblemente separados por diferencias, pero no en la esencia.
El movimiento católico tuvo dos
paladines en nuestro país: La Acción Católica y Restauración, entidad apolítica
la primera; y la segunda de manifestación política, de apostolado propagandista
de la fe, expresando a Dios como base. Restauración tiene mucho de hispánico.
La guerra civil española y sus consecuencias, se hizo carne en el nacionalismo,
pero mucho más en Restauración. Sus componentes predican mucho más que los curas.
El totalitarismo va perdiendo su influencia; el móvil no es matar, sino
convertir. Restauración inició sus actividades con un acto celebrado en el
teatro Coliseo el 21 de diciembre de 1936, al que concurrieron más de 6.000
personas. El acto se inició ejecutando el Himno Nacional, seguido de la marcha
Real Española y el Himno de las Falanges españolas. El teatro no tenía
capacidad para tantos concurrentes, y centenares de nacionalistas se conformaron
con sentarse en las escaleras o mantenerse de pie en el vestíbulo. El acto se
inauguró con el discurso de Héctor Bernaudo, seguido por los oradores doctor Nimio
de Anquín, Jefe del nacionalismo cordobés; Enrique P. Osés, director de Crisol;
Pedro Tilli, dando fin al acto el doctor Alfredo Villegas Oromí. La Constitución
de las autoridades se efectuó el 12 de marzo de 1937 en la calle
Galileo 2420, donde se elige por jefe al
doctor Alfredo Villegas Oromí, poco después, el 6 de Junio, Restauración
inaugura su local en San Martin 550. La reunión de sus iniciados, venían del
campo católico y nacionalista sobre bases tradicionales.
Con el propósito de honrar a los
próceres y a los héroes de la emancipación argentina, por iniciativa de
Restauración, se realizó un acto en la plaza San Martin el 12 de junio de 1937.
Se adhirieron el Círculo Militar, Legión de Mayo, Centro Nacional, Agrupación
Nacionalista Española, Falange Española de las J. O. N. S., Centro Acción
Española, Asociación Amigos de “Crisol”, Centro Argentino de Estudiantes de
Derecho, Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, Unión Nacionalista
Fascista de Córdoba, Federación Obrera Nacionalista Argentina, Liga Patriótica,
Centro Nacionalista de Flores, Distrito Movilización 91 San Martín de la Legión
Cívica, Agrupación de Damas Argentinas Patria y Hogar, Organización Juvenil
Nacionalista Argentina, Centro Nacionalista de Flores, Centro Nacionalista de
Villa Devoto, Agrupación Nacionalista Patria y Hogar de Mercedes, Comité
Nacionalista de Lobos, Departamento Juárez Celman de la Legión Cívica
Argentina, Agrupación Nacionalista Avance de La Plata, Concentración Popular
Argentina, Socorro Blanco Argentino, y simpatizante no pertenecientes a los
grupos. Concurrieron unas 15.000 personas escuchando con interés a los oradores
Héctor Bernaudo, J. Alfredo Villegas Oromí y Héctor Llambías. Terminado el
homenaje al Libertador, los grupos se dispersaron, unos por la Avenida Santa
Fe, y al llegar a la esquina con la calle Libertad, la policía en forma
correcta invitó a disolverse, y ante la negativa de los concurrentes, intervino
la compañía de gases lacrimógenos sin consecuencias ; no ocurrió lo mismo con
el grupo que se dirigía por la Avenida de Mayo, produciéndose a la altura del
1300, una refriega a puñetazos y piedras, una de las cuales hirió de
consideración al estudiante Guillermo Correto.
En la Iglesia del Pilar, el 14 de
octubre de 1937, se celebró un solemne funeral por el doctor Wenceslao Paunero, asesinado afrentosamente en Mar del Plata en forma sorpresiva. Al finalizar, ante la
bóveda que guarda sus restos en el Cementerio de la Recoleta, Restauración, Legión
de Mayo, Legión Cívica, Liga Republicana y Milicias Cívicas, rindieron homenaje
haciendo uso de la palabra el señor Federico M. Green, en nombre de la Comisión
de Homenaje, el doctor Carlos Alberto Pueyrredón, en nombre de sus amigos, y
J. Alfredo Villegas Oromí en nombre de la Legión de Mayo.
La comisión dirigida por las
señoras Margarita Campos de Villegas Oromí y María Josefa Padilla de Amadeo, en
el deseo de auxiliar a nuestros semejantes y cumplir las palabras del Evangelio
“amaos los unos a los otros”, inauguraron el 18 de octubre de 1937, un consultorio
odontológico en un barrio eminentemente obrero. La bendición estuvo a cargo del
cura párroco de la iglesia de San Lorenzo Mártir, presbítero Lorenzetti.
El 25 de marzo de 1938 apareció
el primer Boletín de Restauración, con las normas a seguir por sus componentes
en toda la República.
Nacionalistas y militares
rindieron homenaje al brigadier general Cornelio de Saavedra. Juan Carlos
Villagra pronunció su discurso, en representación de Restauración.
En el sexto aniversario de la
muerte del teniente general José Félix Uriburu, el nacionalismo le rindió un
homenaje ante su tumba. El doctor J. Alfredo Villegas Oromí pronunció el
discurso.
La Alianza de la Juventud
Nacionalista organizó el l9 de mayo de 1938, la Marcha de la Libertad, y Restauración
se unió.
En Rosario de Santa Fe, se
acrecentó el nacionalismo. El 28 de mayo, la Unión Nacionalista de Rosario organizó
un acto en el Teatro del Círculo de Obreros con extraordinaria concurrencia. La
dialéctica no sería más que una operación puramente verbal, sin la teoría de la
participación que forma un lazo metafísico entre los diversos eslabones que
constituyen la cadena del pensamiento para alcanzar con Dios la esfera de los
ideales. Presidió J. Alfredo Villegas Oromí, y tomó la tribuna el director de “Crisol”
Enrique P. Osés.
Todo medio supone un fin, razón
por la cual, Restauración inauguró el 26 de junio de 1938 el Ateneo doctrinario,
e inicia la guerra a los que aniquilan la conciencia, armando contra ellos la
lógica.
Los comunistas de Córdoba, asesinaron el 11 de
agosto ¡ \de 1938 al doctor Francisco García Montaño y al estudiante
nacionalista Benito de Santiago. Conmocionados por la pasión de los móviles que
predominaron en los ase • sinos, y ante lo absurdo de la conducta comunista,
viajaron a Córdoba indignados: Restauración, Liga Republicana, Legión de Mayo,
Acción Nacionalista Argentina, Unión de Santa Fe, Unión Nacionalista de
Tucumán, de Cuyo, Salta y Jujuy. En el Teatro Comedia de Córdoba quedó colmado,
en ese día 20 en que tenía por tema un estudio sobre la artera conducta de los
ásesinos. Hicieron uso de la palabra: Matías Sánchez Sorondo (h.), por los
universitarios cordobeses; C. Díaz Cisneros, por la Legión do Mavo; Enrique P.
Osés, director de “Crisol”; J. Alfredo Villegas Oromí, por Restauración: Arturo
Martínez Zubiría y Heriberto Pagani, por la Unión Nacionalista de Santa Fe.
Cerró el acto el jefe de la Unión Nacionalista de Córdoba, doctor Nimio de
Anquín. Terminado el acto, los asistentes concurrieron al cementerio de San Jerónimo,
depositando coronas y flores en las tumbas de esos dos paladines del
nacionalismo, que consagraron sus vidas por sus ideales en extensión del amor
de Patria. Pensamientos sublimes de efusión satisfecha en permanente abnegación
de cumplir sus deberes. En Buenos Aires repercutió hondamente y el Consejo
Arqnidioeesano de la Acción Católica Argentina, hizo efectuar un muy solemne
funeral en la Iglesia de San Ignacio, el 30 de agosto por el estudiante
nacionalista Julio Benito de Santiago, corazón sublime, modelo de virtud, en su
avance desde lo pequeño hasta lo grande, buscando con su amor a Dios, el medio
para contribuir a la prosperidad nacional. A la salida del templo se
repartieron gratuitamente el boletín de Restauración titulado “Sí, Sí; No, No”.
Restauración continuó con su
cátedra orientadora y es la primera con cursos permanentes de doctrina nacional,
con las puertas abiertas libremente para todos cuantos quisieran concurrir con
el objeto de formar una conciencia, capaz de afrontar la responsabilidad
en el gobierno, o fuera de él, pero con el sentido de milicias para la
disciplina del movimiento, conocimiento de Dios y amor a la tradición patria,
porque como dijera el doctor Miguel Modeglia: “Si el nacionalismo no arranca de
la raigambre de la historia, no es nacionalismo”. Se crearon dos ateneos: los
miércoles para estudiantes secundarios y los sábados a puertas abiertas para
cuantos quisieran concurrir.
El jefe de Restauración, doctor
J. Alfredo Villegas Oromí. abogado y maestro con fe de santo; más maestro que
abogado en su vocación de dirigir y enseñar a la juventud. Leed “Directivas
Sociales a la Luz de las Encíclicas” y allí encontraréis sus preocupaciones e
ideales. Lo secundaron Mario y Manuel Soaje Pinto, Héctor Llambías, Juan Carlos
Goyeneche, Alberto Ezcurra Medrano, Mario Amadeo, Anacleto Llosa, Gabriel
Gálvez Bunge, Carlos Benedetti, Juan Carlos Villagra, Francisco Bernárdez,
Carlos M. Dardán, destacándose como orador Héctor Bernaudo, quien desde la
tribuna del teatro Maravillas decía el 11 de diciembre de 1940, interpretando
nuestro sentir: “Queremos ser nosotros mismos, libremente, sin influencias del
exterior, ni bandos interiores”. “Es indispensable retomar el hilo de la
historia nuestra, escrita por héroes y por santos que los organismos oficiales
se encargan cuidadosamente de falsificarnos”. Todas las agrupaciones
nacionalistas estaban presentes e hicimos nuestros estos conceptos, pero en la
acción quedaron estáticos, mientras Restauración seguía luchando para hacer
realidad la letra de su himno con el que iniciaba sus actos: “Con la Cruz
convertida en espada, restauraremos la fe nacional”. En 1934 se produjo un nuevo desprendimiento de la Legión Cívica, y
se formó la Legión Nacionalista con Castelfor Lugones, teniente Alberto de
Olivera César, Samuel Gradín, Arturo Palenque Carreras, Alberto Alvarez
Hidalgo, César González Iramain y otros muchos. La sede estaba ubicada en Santa
Fé 3124. Fue este un grupo de gran acción anticomunista, entre los que se
destaca un acto comunista en el Parque Romano, en los que tomaron asiento en
primera fila miembros de la Legión Nacionalista con Wenceslao Paunero, desde
donde se tiró un petardo que trajo un gran movimiento dentro de los
concurrentes, que al irse a las manos, obligo a un intervención policial, que
saco al público del local a la calle, con lo que resulto finiquitado el acto en
su iniciación. Luego el mismo grupo rompió otro acto comunista en Plaza Italia,
donde se produjo una actitud de combate, en el que perdió la vida el legionario
Lacebrón Guzman. Los Bandos publicados por esta Legión y sus actitudes, fueron
el fiel reflejo de su sentir.
En diciembre de 1941, distintas
agrupaciones nacionalistas nos reunimos formando un frente patriótico, cuyos
principios y fines, quedaban públicamente aclarados en carteles murales y
panfletos, cuyo texto a continuación se transcribe:
FRENTE PATRIOTICO
Una guerra por la hegemonía
mundial golpea a nuestras puertas y los intereses comprometidos en ella pujan
por arrastrarnos a su servicio. Estos intereses dominan nuestra economía,
determinan corrientes de opinión por medio de la prensa, dirigen la acción de
los partidos que tienen representación en el gobierno y desarrollan, a estas
horas, una campaña activísima para arrancar de éste una definición beligerante,
que se anuncia como próxima. Sus agentes hablan ya públicamente de la necesidad
de que la República Argentina entre en la guerra, para defender principios
universales o continentales y como fuerza de choque a la zaga de uno de los
bandos en lucha.
En estas circunstancias, es un
deber imperativo y urgente hacer oír una expresión auténtica de la opinión del
pueblo Argentino, expuesto a dar su sangre por causas que no le conciernen.
Los firmantes de este manifiesto
—miembros de todos los sectores de un movimiento nacional, que se unen
olvidando sus diferencias de épocas normales— nos consideramos obligados a
dirigirnos a nuestros compatriotas para ponerlos en guardia contra los peligros
de una propaganda que no consulta el interés argentino, y
DECLARAMOS:
1° Que la política exterior no
debe regirse por principios abstractos, sino por las exigencias del interés
nacional;
2° Que la soberanía es indelegable,
puesto que ninguna nación puede, sin perderla, esperar la protección de su
libertad o de su dignidad del esfuerzo extranjero;
3° Que la neutralidad que nuestra
independencia nos exige no debe tomarse como principio absoluto, sino que ha de
estar condicionada por la integridad del patrimonio y el honor nacionales;
4° Que estamos dispuestos a
luchar, si el caso llega, pero en defensa de lo nuestro, contra cualquier
amenaza que provenga del exterior;
5° Que por todo esto, es
necesario exaltar las energías del país, estimular el máximo y urgente
desarrollo de las instituciones armadas y hacer vibrar el alma nacional, frente
a la propaganda extranjera, que habla de nuestra supuesta debilidad para cohonestar
la entrega a la protección ajena, con abdicación del tradicional heroísmo
argentino.
Al deponer nuestros intereses
políticos y particulares frente al peligro que nos amenaza, invitamos a
nuestros compatriotas a adherirse a este FRENTE PATRIOTICO para sostener la
política aquí expuesta con fortaleza, abnegación y disciplina.
Emilio F. de Alzaga, Nimio de
Anquín, Guillermo Aldao Unzué, Hortensio Aguirre, Rafael Aguirre Lynch, Raúl
Artigas Vidal, Valentín Acevedo, Arturo Alvarez Insúa, Luis Agote Robertson,
Rafael Ayerza, Rómulo Ayerza, Luis Ayerza, César B. Agustoni, José D. Achával,
Ernesto Araujo, Lino Araujo, Saúl Araujo, Osvaldo Araujo, Saladin Argento,
Francisco Alfonso, José Azar, Héctor Arbolias, Armando Almirón, Emilio Alvarez,
Dr. Humberto Alfano Castelli, Juan Abruzzese, Emilio Abrate, Francisco Amadeo,
Félix Arenzo, Pedro Arenzo, Oscar Arenzo, V. Amaratti, Ezequiel Anchorena,
Alberto A. Albornoz, Carlos Ayerza (hijo), Vicente Almandoz Al monacid (hijo),
Oscar Alonso Ciro, Carlos V. Alegre, Juan E. Abrego, Alberto G. Antúnez, José
Arfuch, José Alvarez, Cecilio Akram, A. Almeda, Juan Arti, Teodoro Acquarola,
Héctor Anglese, Fernando de Alzaga, Leopoldo Ammirati, Albino Arla, Antonio
Adgi Romano, Wenceslao Achával, Toribio Ayerza (hijo).
Manuel G. Balcarce, doctor Ireneo
Ernesto Banchs, doctor Eduardo J. Buschiazzo, Carlos Bianchi, José Lorenzo Bó,
Néstor Belgrano, Miguel A. Bosch, Humberto Bianchetti, Fausto Bianchetti,
Horacio P. Bianchetti, Al cides Bollo, Héctor Bernardo, Rufino Benitez, Carlos
Balcarce, Alejandro Balcarce, Germán G. Balcarce, Luis María Belgrano, Carlos
Alberto Belgrano, Juan Carlos Bidart Malbrán, Carlos Benedetti, Alfredo Bidart
Malbrán, M. O. Baliña, Eduardo Balvé, Juan Becerra, Carlos Battilana Olazábal,
Francisco Buglione, Miguel Bonizzoni, Natalio Boico. Atilio Bustamante, Juan
Bisqui, Fidel Oscar Baldi, Eleodoro C. Betti, Francisco Bruno, Juan Bassola,
Francisco Javier Bó. Lorenzo Bó, José Antonio Borro, Alberto Buschiazzo,
Enrique H. Borro, Arturo G. Bustamante, Antonio Luis Beruti (hijo), Jorge Berro
Madero, Alejandro G. Beruti Lagos, Juan B. Bioy, Leonardo F. Bonifacio, Juan
Carlos Bertolini, mayor (S. R.) Aquiles S. Bianchi, Zoilo Burgos, Juan Barlati,
Juan Batisttella, Amado Bucalo, Pablo Bellomo, Ramón Buenaventura, Angel
Banaglia, Angel Bacardo, Juan B. Britos, Carmelo Bucalo, J. Borrada, Roberto
Bravo Higueras, Juan A. Beretta Moreno, Horacio Barilatti Bengolea, F. G.
Bonorino, Joaquín Bertolotto, Luis María Barrenechea, R. Basavilbaso, Nicasio
E. Bernal, Rafael Bermejo, Axel Broman.
Rafael A. Campos, Vicente Curto,
doctor Domingo Cutroneo, Horacio A. Campos, Julio C. Campos, Oscar Campos,
Tomás Dardo Chavero, J. Argentino Chavero, José Luis Chavero, Antonio Campos,
Carlos E. Correa Luna, Florencio Castro Cranwell, Ricardo Curuchet, Carlos M.
Castro Cranwell, Daniel Castro Cranwell, LuisF. Cuyás, Antenor Carreras
Allende, Jüan Carlos Chevalier, Luis Miguel Cané, Julio Castellanos,_ Julio
Crotto Posse, Fernando Cullen, Miguel A. Chavarri, Jorge Campos, Oscar Cobos.
Armando Cinto, Juan A. Cascallares, Horacio Carro, Adolfo Cabrera, A. C.
Cusatti, Antonio Caputto, Paulino Corvalán, Delfor Cetrá, Rarpón Cepeda, J. H.
Carniaga, Luis Clerici, Roberto Ciacciarelli, Ricardo D. Carbonell, Ricardo
Coppes, Ramón Cernadas, Alberto Cu rutchel, Tomás Colombo, Pedro Casagrande,
José Coria, Alfredo Carletti, Raúl Cavagna, Aldo Ceccarelli, Saverio Currá,
Rosario Currá, Luis Cánepa, Luis Capurro, Alejandro Cavallo, Rogelio Calderón,
Teodoro Cúneo Alzá, Horacio Chaumeil, Manuel C. Chaves, Rodolfo A. Chaves,
Felipe Crovetto, Jorge José Crespo, Francisco E. Coppo, Antonio César Chiesa,
Víctor H. Cúneo, Renato Corteggiarli, Armando Capó, Armando Curet, Luis Alberto
Chaves, Luis A. Carsoglio, Rodolfo José Carsoglio, Carlos Carrozzo, A.
Carrozzo, Adriano M. Castro, Adriano M. Castro (hijo), Juan Costa, Félix C.
Caravaglio, Francisco Coll, Podro Catáneo, Carmelo Carniolo, Jovito E. Cardoso,
Ernesto B. Capurro, Fougé Chem.es, Jorge Costa, Francisco José Catalano, Jorge
Ciampi, Diego Carozzo, Humberto Canale, Edelmiro L. Crespo, Arturo Crespo, A.
Cardelicchio, Argentino C. Cepeda, Horacio Castro, Pedro Carmona, Ramón Cejas,
D. Cúneo, Lepoldo Cesareo, Pablo Caliati, Antonio Camaglio, J. Caminos, Juan R.
Cruz, Horacio Conti Guallart, Adolfo Costa Bonorino, José H. de Corral, Raúl
Carminatti, Miguel Carusillo, José Cabrera, Mario Cappagli, Jorge E. Corti,
Bernardo Cava, Juan Carlos Chiappe, J. Chiariano, Miguel Angel Chiappe,
Fernando Cullen Holmberg, Juan C. Carullo, Julio Cucullu Saavedra, Juan Cánepa,
Pedro Cesáreo.
Ramón Doll, Ricardo Donovan,
Adriano Díaz Cisneros, José A. del Carril, Víctor S. Del Carril, Conrado Del
Carril, Horacio Duggan, Ramón Díaz, Alceste G. de Benedetti, Carlos G. De
Benedetti, Osvaldo L. de Benedetti, Wesley V.F. De Benedetti, René M.A. De
Benedetti, doctor Adolfo Di Benedetti, Carlos M. Dardán, Francisco Damonte,
Antonio Del Fabbro, Juan J. de la Serna, Federico Del Pup, Héctor Dellepiane,
Eduardo De laVilla, Arturo Degregorio, Enzo Di Lorenzo, Ricardo Dev , Francisco
E. de la Serna, Raúl Deluchi, José M. Della Chiesa, Enrique De Salazar, A.
D’Angelo Rodríguez, C. Domínguez, Eldo Domínguez, Víctor Domínguez, José
Domínguez, doctor Humberto D’Angelo, Francisco Diehl, Juan Daglio, Marcelo
Daglio, Ramón Dneca, Narciso Dus toi, Destio Destri, Rogelio E. Durendoy,
Guillermo De maría, E. G. Daverio, José Destéfano, Carmelo S. Di pascuale.
Rafael Emiliani, Alberto
Escalada, José María Estrada, Carlos M. Ezcurra Mayol, Augusto Etchecopar, Alfredo
J. Etcheverry, Máximo Etchecopar, Santiago de Estrada, Isidro Elicegui (hijo),
Humberto E. Escalada, Jorge Echavarría Coll, Luis María Echavarría Coll,
Liniers Estrada, Alberto Escarrá, Raúl C. Etcheverry, Alberto Espezel, Miguel
Escudier, Juan Carlos Elena.
Ricardo Font Ezcurra, Gervasio
Fernández Madero, Martín Ferreyra, Luis María Ferraro, Ricardo Figuere do,
Manuel Fernández López, Humberto Forti, Ornar Fe lippone, Pedro Ferrari,
Alejandro Fabrizzi, Pedro A. Fa brizzi, Ernesto Figueroa, Gelino Florio, Andrés
Fernández, Silvio Farías, Juan Fernández, Domingo Fernández, Santos Ferrari,
Domingo Ferreira, Ismael Fernández Poblet, Pedro D. Freccero, Liborio
Fernández, Humberto Forchetti, Ramón Ferrer, Policarpo Héctor Ferro, Juan
Manuel Fontenla, Marcelo Fagalde, Cristián Fernández Madero, Santiago P. Fisch,
Samuel Figueroa de la Vega, Rodolfo Fliess, Luis Fliess, José Fallao, Emilio
Federik, José Fanciano, Andrés Folino, Manuel Fernández, Vicente Ferro, Pascual
Ferro, Oscar Filiberto, José T. Funes.
Norberto Gorostiaga, José Antonio
Güiraldes, Manuel J. Güiraldes, Gabriel Gálvez Bunge, Manuel Gálvez Punge,
Adolfo Güiraldes, Isidoro García Santillán, doctor Benjamín Galíndez, Marcial
González, Juan Carlos Goyene che, Luis González Guerrico, Carlos R. González
Bonorino, José A. Güiraldes (h.), doctor Carlos Alberto Giorgio’ Aldo González,
Yolando González Refojo, Angel Giulani, Juan Carlos González Rubio, Carlos S.
Gelves, Antonio Guartieri, José Grecco, Juan Gómez, Alberto Gómez, Blas
González, Luis Gutiérrez, Alfredo M. Gand, Cándido Gómez Javier, Angel Galano,
José Gómez, Martín González, Valentín Gallegos, Adrián Guiard Grenier, Ramón
García, doctor Juan Carlos Gómez Raggio, H. J. Giuffra, Juan C. Guastavino,
Félix Telmo González, Virgilio Giustianini Llambí, Carlos Giustianini Llambí,
Pablo Gorostiaga, Hipólito Gil Elizalde, Raúl Gándara, Carlos Garay, Mario
Gandolfi, Manuel A. Gondar, Angel P. Galizzi, Pablo F. Grippaldi, Vicente E.
Guerra, José Giuffra, H. Giorgia, Martín García, Ignacio García, S. Grillo,
Domingo Grillo, José Grillo, Roberto Grillo, Juan Marcelo Grillo, Domingo
Grillo (h.), Ramón Gamarra, José Gentile, Oscar González, Avelino Guanto,
Serafín Grillo, Guillermo González, Oscar Gigena Centeno, Jorge Raúl
Giovanelli, Amador González, Generoso Garay, Miguel Gallegos.
Ingeniero Pablo Hary, arquitecto
Pablo Hary (h.), Ernesto Hary, Federico Hoeffner, Alfredo Huergo, Be lisario
Hueyo, Luis Holmberg, Claudio E. Hardoy, Oscar P. Huergo, Héctor A. Hamilton,
G. Huidobro.
Doctor Carlos Ibarguren, Rodolfo
Irazusta, doctor Federico Ibarguren, Jorge Ibarguren, Carlos Ibarguren (h.)i,
Enrique Ibarguren, Cándido Izarra, José Izzo, Hugo Ivanisevich, Jorge
Ivanisevich, Carlos Ihleim, Rafael Iglesias, Horacio Iglesias, Jorge Isaac,
Benjamín Iglesias, M. C. Ilundain, Tomás Iriarte, Ricardo Iriarte.
Bruno Jacobella, Tomás Juárez, S.
Jacohi, Luis S. Jacohi, Elinaudo H. Jacohi, F. Juárez.
Carlos M. Kunst, Ismael Karon,
Eduardo M. Kash.
Roberto Laferrere, Jorge Luna
Valdez, Manuel Le zica, Alberto Lavalle Cobo, Jorge Lavalle Cobo (h.), Nicolás
B. Lastra, Fidel Ludueñas, Alberto Lascano, Fernando Lascano, Guillermo Lezona,
Alberto L. Lazo, Renán Lartigau Lespada, Tomás Lezona, Carlos Luque, Bernardo
Lampe, Atilio Lezona, Felipe Américo López, Alfredo López, Natalio Lombardo,
Américo Lenzo, Francisco Lapera, Gustavo Lobet Almada, Jorge P. Lescano,
francisco Luque, Federico Hernán Lerena, Víctor O Lucca, José Manuel Lavalle,
Carlos Lotti, Carlos M López, Constantino Lorenzo, Antonio Lorenzo, Jorge Liese
gand, Genaro Lentino, Manuel Loureiro, Ernesto René Lasallc, Américo Lupi,
Carlos Lara, Argentino J. Leripio, Raúl Lasbiri, Jorge Landívar, Juan N. Lucero
Schmidt, J. M. Lambruschini, P. Ludueña, Luis Linosa, Pedro Li nosa, J. C.
Laure.
José María Llano, Héctor A.
Llambías, Francisco C. Llorcal.
Dr. Alejo Martínez, Eduardo J.
Muñiz, Alejo Martínez (h.), Julio Cestre Cordero, Alberto Mestre Cordero,
Arturo Massey, Mario Molina Pico, José Manuel Moreno Bunge, Edgardo Meana,
Carlos Marini Irazu, Francisco Madero, Baldomero Mesa, A. Martínez, A.
Montefredo, Manuel Moyano, Héctor P. Méndez, Rubens Menini, José Eduardo
Morillo, José A. Martínez, Vicente I. Marina, Jorge L. Moger, José Méndez,
Julio Moreno, Luis Mendoza, Andrés Mendoza, Esteban Medina, Domingo Ma dairo,
A. I. Mielesi, Horacio Mazziotti, Eusebio Marina, Eduardo Mazziotti, Gabino
Medina, Bernardo Mancho, Bernardo Mancho (h.), Antonio Martínez, Carlos O. Mí
quez, Ciríaco Meoqui, Héctor Mandagarán, J. C. Manda garán, Ricardo J.
Morbelli, Martín Martí, Francisco Martineta, Rafael Marcos, Emilio Márquez,
Néstor M. Mí guez, Pío Ataúlfo Monserrat, Marcelo D. Muñiz, Eduardo Marcos
(h.), Florencio Martínez, Carlos Méndez Rufino, Antonio V. Moreyra, Renato
Morisio, Jorge Morisio, Santiago Mi, Jorge Masanello, Domingo Macías, Miguel M.
Mariñelarena, José Machiavello, Manuel Machiavello, J. Malato, Antonio
Martínez, Salvador Milán, Enrique Maz zaro, Felipe Mancuso, Aldo Marircelli,
Atilio Meano, Serafín Marques, Abel E. Martínez, Jorge Adolfo Mazzin ghi,
Valeriano E. Marconi, Pedro Manso, Sergio Monti, Manuel Morelli, Gualterio
Meroni, Matías Maciel, Enrique G. Manzón, Ernesto Mangudo Escalada, Horacio Muñoz
Wright, Carlos Muñoz Wright.
Juan Manuel Nelson (h.),
ingeniero Rogelio Ñores Martínez, Emilio Nonell, D. E. Nowas, Víctor Noviello,
A. Javier Nocosia, Antonio Nocosia, Ramón César Na shiro, M. A. Noviel, Néstor
R. Nogueira, Carlos F. de Nevares, Aníbal S. Navarro, Miguel Neman, Carlos D.
Neumayer, Clorindo Nápole,
Antonio Nunafe, Italo C. Nòbili, Eduardo Naón Gowland, R. A. Naón.
Carlos Obligado, Francisco J.
Oliver, Fernando A. Oesterheld, Carlos A. Otero Monsegur, José Luis Ocam po,
Héctor Rafael Obligado, Teótimo Otero Oliva, Jorge Otero Monsegur, Juan Pablo
Oliver, Mariano Olivera, Pablo Matías Olivera, Julio Argentino Olivera, Juan
Oyue la, Juan de Dios Olmeda, Francisco Orfano.
Ernesto Palacio, Horacio V.
Pereda, Julio Peña, Horacio Pereda, doctor Carlos Pucheta Morcillo, Jerónimo
Pugliese, César Pico, Carlos Pico, Marcelo Pearson, Enrique Pearson, Manuel
Pando Carabassa, Héctor G. Puey rredón, Luis M. de Pablo Pardo, Francisco
Prado, Rafael Padilla Borbón, José Luis Peró, Luis Peró, Eduardo Peró, Carlos
Pieres, Horacio A. Pueyrredón, Jorge Pereda, Jorge Pereda (h.)j, J. Polinelli,
F. G. Pettinato, Sebastián Pettinato, Horacio Parodi, Diego Pujol, M. A. Peña
Méndez, Ricardo Pintos, Victorio Pérez, Jorge G. Perugini, Domingo A.
Posincovich, Andrés Pérez, Héctor A. Pérez, Oscar M. Peralta, Florentino Pérez
Febre, R. Pucciarelli Rava, Luis Piatti, Antonio V. Peralta, Antonio Pampillo,
Luis M. Peiret, Enrique Pérez Devoto, Máximo Pederzzo li, Carlos Portos
Aldazábal, Marcelo Petersen, Carlos A. Paul, Luis M. Pinto, doctor Ramón H.
Parera, Paulino Miguel Pérez, Luis Pluchinotta, G. Paruan Cardenio, Juan L.
Pinasdor, Obdulio G. Polinez, Pedro Ruglionessi, Carmelo Pirniciotto, José
Pabba, Humberto Pandolin, Carmelo Paulino, L. Plaza, Vicente Polimeni, Luis J.
A. Pastorello, Carlos Peláez de Justo, Rafael Enrique Pa nelo.
Carlos María Quinodoz, Gerardo
Queija, Domingo Queija, Emilio Quiñones, Roberto A. Quiroga, Armando Quesada,
Carlos Quiroga, Julio Quesada (h.).
José María Rosa, E. Ramos Oromí,
Benjamín J. Ro son, Ricardo Rodríguez Remy, Francisco Rodríguez Bosch, Rafael
Rodríguez Moreno, Néstor Raña y Quijarro, Ru decindo Roca, Celedonio Roca,
Abelardo E. Rossi, Elias Oscar Reyes, doctor Augusto Rodríguez Isasa, Pedro Ros
signol, Alfredo Roldán, Andrés Rossi, Emilio Rodríguez Enrique Rapóla, Roberto
Richard Benítez, Roberto Ri chard (h.), José Rivella, Norberto Robiglio,
Rogelio Ramírez, Higinio Rodríguez, Miguel Reyes, Antonio Rizzo, Jorge A. Renom
(h.), Eduardo E. Rocca, Alberto P. Rueda, Victor A. Rigoni, Atilio Rodríguez,
C. Ruiz, Julio Rodríguez, Félix Rodríguez, Adriano Rolón, Juan J. Re tondo,
Porfirio Tomás Rodríguez, Nicasio J. Rossi, Daniel E. Rebagliatti, Rufino
Rodríguez de la Torre, Enrique Roca, Carlos Alberto Roca, R. V. Risolo,^ Luis
I. Ramos Vértiz, Ramón José Roldán, Elias Rostón, Juan Luis Rossi Reviriego,
Ricardo Remcdi, Raúl Ruiz de los Llanos, Juan Ruzzo, Miguel Ruzzo, J.
Rodríguez, Domingo Ramos, Pedro Rosasco, José J. Rodríguez, Blas Risso,
Heriberto Rofano, Roberto M. H. Rey, Manuel Ríos, Guido Rossi, Torcuato Russo,
Julio C. Ramírez, Arturo P. Rossi, José Vicente Rivero, Enrique J. Rapela,
Carlos Rojas Torres, Pedro H. Rueda, Florentino V. Rojas, Manuel Real, Luis
María Róo, Enrique Víctor Rocca.
Carlos Steffens Soler, Rodolfo
Solanas Pacheco, Mario Soaje Pinto, Manuel Soaje Pinto, Hernán Seeber,
Francisco R. Seeber, Eduardo Seeber, Carlos O. Sclieper, Héctor Sáenz y
Quesada, Diego Sánchez Sorondo, Marcelo Sánchez Sorondo, Julio Sánchez Sorondo,
Ricardo Seeber, Horacio Stegmann, Adolfo Silenzi di Stagni, Francisco Seeber,
Horacio Schindler, J. Luis Sicca Re bagliati, José Scimone, Héctor T. Solari,
Rodolfo Sitja Nin, Obdulio Sánchez, Héctor Arturo Salom, Adolfo Saloni, Enrique
Sourdá, A. Sourdá, Eusebio Suárez, Jaime Alberto Scelsio, Armando Solari,
Carmelo E. Sorrentino, Vicente Norberto Silvetti Paz, Manuel V. Salguero, Ricardo
Sievers, Luis Julián Solano, Nicolás Antonio Sal varegni, Ramón A. Saráchaga,
Antonio Santana, Bruno Straboni, Patricio Soldato, Luis Bernabé Spiranda, Juan
Sotelo, doctor Carlos E. Saglieto, Arturo Strassburger, Raúl Sein, J. Selemi,
Orlando Scargo, C. Schiafino, Epifanio Stella, Domingo Sollito, Lorenzo Siecci,
Felipe Simeone, Salvador Selma, Manuel S. Silva, Eliseo Steffanini, R. Sardá,
Pedro Agustín Solanas, Carlos A. Schweritzer, Juan Pablo Spinetto Sáenz
Valiente, Saúl Solanas.
Horacio Tedín, doctor Juan A.
Trevisán, Luis M. Torres, José Alberto Torreguitar, J. C. Tocco, José Trava,
Juan L. Tagliapietra, Atilio Treccozzi, Juan D. Tan credi, T. Tanore, Salvador
Terranova, Antonio Taccone, Federico Trías, Rodolfo Tursi, Juan Garlos Traverso
Laclau.
Miguel Ubal Deheza, Raúl
Uaandivaras.
Daniel Videla Dorna, G. Yidela
Dorna, Ramón Vi dela Dorna, Daniel Videla Dorna (h.), Alberto Videla Dorna,
Pedro Juan Vignale, Alfonso von der Beckejf, Guillermo R. Velar de Yrigoyen,
Rodolfo Vial Molina, Raúl Villanueva, Ernesto Velasquez Pestaña, Luis Vidal
Molina, Carlos Vitón (h.), J. Alfredo Villegas Oromí, doctor Norberto Vignolo,
Arturo H. Varela, Anastasio Villagrana, Antonio Vidal, Carlos Vasquez, Enrique
Va sini, Aureliano Vidal, Héctor Varalla, Carlos Villegas, Eduardo Villegas,
Raúl A. Villafañe Bernal, Antonio Vudi, Pedro Viggan, José Venturino, José
Antonio Vallejos Meana, Basilio Vidal, Mario Videla Aranguren.
Germán Wernicke Balcarce, Roberto Wernicke Bal
carce, Germán Winoz Berraendo.
Guillermo Zorraquín, doctor
Enrique Zaldívar, Elido Zorzoli, Pascual Zapatela, Salvador Zapatela, Eduardo
Zavalla, José Zorrini, G. Ziggotti, Pedro León Zavalía, R. J. Zimmermann.
Las adhesiones se reciben: Nuevo
Orden, señor Ernesto Palacios, Bartolomé Mitre 670; El Fortín, señor Roberto
Laferrere, Corrientes 610; Nueva Política, señor Máximo Etchecopar, Juncal 721;
Restauración, señor Mario Soaje Pinto, Juncal 2093 (2? D) ; Legión de Mayo,
señor Rafael Campos, Arenales 1630.
En el año 1943 el clima era
propicio para una revolución nacionalista, aun dentro de los hombres de Gobierno
que querían hacer, y no podían, por estar rodeados de una cantidad de
funcionarios morfinómanos de la burocracia y admiradores de los llamados
triunfadores del dinero, y que en verdad sólo eran leales servidores del
capitalismo foráneo. La juventud se sintió más criolla mas romántica, y sin
saberlo social, se apegó a la tradición contra el espíritu liberal para volver
a la norma, que como herencia recibida de nuestros antepasados, queríamos
conservar en su continente cristiano y social.
Arturo Jauretche, jefe de FORJA,
tenía el don de la palabra más poderosa que las armas en el combate, penetraba
en quien lo escuchaba, y al examinar luego su contenido se hallaba la prueba de
una justa razón. No era el orador académico de lenguaje rebuscado, no, hablaba
como un compuesto substancial de espíritu y materia, y por consiguiente
inteligentemente, libre, responsable y comunicativo, dotado de sentimientos, de
ideas y de palabras dentro de las condiciones de su propio ser. Un día me dijo
mientras tomábamos café: “Los argentinos estamos divididos en dos; la mitad
pretende comerse a la otra mitad; siempre hubo Oriente y Occidente; siempre
hubo una diferencia: ideal contra materialismo. La mitad vive y lucha por
calefacción central, más agua caliente, igual confort, contra ideal. Nadie
murió nunca por confort, y sí por ideal. El materialismo y el confort se esconden
detrás del ideal para justificar su lucha. Nosotros los jóvenes somos fuertes
porque tenemos ideal, pero por simple gravitación del tiempo dejamos de ser
jóvenes, y ante la necesidad nos materializamos; en ese momento pasamos a ser
un peligro nacional; nos pasamos a la otra mitad, a la que deja el ideal y
procura lo material; cuanto mayores son nuestras aspiraciones. más peligrosos
somos y más es lo que queremos comer”.
Mientras el Nacionalismo renace
de una vertiente situada en lo alto de la escala social, FORJA nace de la
vertiente yrigoyenista, es decir de lo popular. Eso explica las diferencias
ideológicas y programáticas del Nacionalismo y FORJA a través de años. Así en
lo político, mientras el Nacionalismo da sus primeros pasos en la Revolución de
Septiembre, los forjistas la dan en contra. FORJA (Fuerza de Orientación
Radical de la Joven Argentina) se fundó el 29 de junio de 1935, afirmando una
misión económica y social, que define las características coloniales en ese
terreno, mientras el Nacionalismo insiste en los aspectos culturales. En noviembre
de 1945, se produce una profunda transformación en la política argentina, y
esto hace que nacionalistas y forjistas encuentren puntos de diferencias,
paralelos^ desgarramientos internos. Porque un sector forjista es igual a un
sector nacionalista por sus actividades. La tarea de FORJA fue contribuir a una
comprensión y que las ideas universales se tomaran según las necesidades del
país, y según su momento histórico las reclamasen, como creaciones propias en
su marcha ascendente, contribuyendo a la formación de una conciencia nacional.
Hay mucho de común entre nacionalistas y forjistas; no fue menester una
alianza, a pesar de que todos en forma desunida siguen un mismo propósito de
consagrar la personalidad humana en la cúspide de la razón, para honor y bien
de la Nación. No nos tomó de sorpresa el 4 de junio de 1943, al enterarnos que
FORJA, como fuerza cívica, acompañó al movimiento militar en forma fiel, serena
y valerosa. Si bien es cierto que consideró cumplida su tarea en 1945, y se
disolvió, en las puras corrientes de la opinión, perdura el recuerdo de su obra
y esfuerzos de imperecederas irradiaciones de su ideal netamente nacional, a impulsos
de sus más nobles sentimientos.
El general de brigada Benjamín
Menéndez unió las fracciones nacionalistas. El 23 de mayo de 1941, en el salón
de fiestas del hotel Castelar, se realizó una comida de camaradería con más de
mil comensales, presidida por el general Menéndez, sentándose a su derecha
Rafael Campos, ingeniero Rafael Ayerza, Vicente Curto, doctor Martín Torino,
doctor Carlos Gómez y Ramón Videla Dorna: y a su izquierda el doctor Ricardo
Donovan, arquitecto Pablo Hary, doctor Juan Silva Riestra, doctor Rafael
Emiliani, y el arquitecto Alejandro Bustillo. A los postres hicieron uso de la
palabra el doctor Silva Riestra, que terminó su discurso diciendo: “Esa es la
incompetencia de los políticos. Están engañados y están engañando. Se imaginan
que el país marcha y el país está como aquel so dado del relato famoso que creía
avanzaba y que al comenzar el alba se apercibió que en la noche cerrada había
estado marcando el paso £ el mismo sitio y en medio de la niebla”. El ingeniero
Ayerza comenzó diciendo: “.. .nos hemos reunido en esta comuna de franca unión
espiritual, pues a todos nos mueven y preocupan los mismos problemas que
aflijen a nuestra patria, en estas horas de confusión”. En su arenga el general
Menéndez entre otras cosas dijo: que la reunión era el punto de partida de un
movimiento para lograr la unión de todos los argentinos, para buscar soluciones
propias para los propios problemas. Recomendó propender a aumentar la virilidad
de la Nación, exhortando a todos a mantener la disciplina social para perpetuar
el avance de la razón y de la justicia.
La acción nacionalista continuó
en actos públicos, destacándose el realizado en el teatro Roma, de Avellaneda,
el 20 de junio de 1941, con una asistencia que colmó la sala. Habló Pérez, el
doctor Cutroneo en representación de los nacionalistas de La Plata, Lionel
Peuchot, jefe de la milicia nacionalista de Avellaneda, cerrando el acto el
suscripto. Estaba presente Juventud Afirmación Argentina.
El periodismo no fue ajeno al
movimiento Nacionalista. “Crisol”, fundado por el presbítero doctor Alberto
Molas Terán en 1930, en sus artículos de fondo se encuentran contenidos
filosóficos de ideales nacionalistas profundos, que el lector devora al momento
entusiasmado por el sentido combativo escrito en una terminología fácil para
quien no sabe derecho, ni política, ni economía, ni administración; en
consecuencia avivan los deseos y excitan los ánimos contra especuladores políticos.
“Crisol” tenía por lema: “La verdad no nos avergüenza".
El R. P. Molas Terán me sorprende
cuando aparecen algunos de mis artículos en forma destacada y con mi firma.
Aquí trascribo el publicado el 27 de febrero de 1932:
“La institución del periodismo
está fundamentada ”en razones de coexistencia social, que le imponen una ”
elevación de cultura para el estudio de los problemas ” del Estado, sin que en
ningún caso puedan descender ” a la diatriba que exacerba las pasiones y
extravía los ” criterios de los ciudadanos. Cuanto más seria y noble ”es la
crítica, más pronto y fuertemente se alcanzan los ” objetivos quo pueden tener
sus fundamentos. El derecho de cada uno fija un límite de los que tengan los ”
demás ; al que allana la órbita de lo extraño, con conceptos o con agresiones
de propaganda, cae en el círculo ’’vicioso de los delincuentes vulgares, máxime
si se am ” para en un medio de publicidad que sirve a veces de ” pasto para la
maledicencia, como sucede con algunos ” periódicos que sólo se leen por los
inhabilitados para ” desentrañar las finalidades de sus aviesos propósitos. —
Manuel de Lezica.”
En “Crisol” se destacó Enrique P.
Osés, y tomó la dirección a la muerte de su fundador. Con el mismo equipo fundó
“El Pampero” en el que hubo lugar para cualquier artículo que los nacionalistas
quisieran publicar, pero “El Pampero” tenía un sentido más germanòfilo que
nacionalista, durante la efervescencia de la segunda guerra mundial.
“La Fronda”, diario combativo,
tenía por lema : “Queremos una Argentina gobernada por argentinos”.
Lautaro Durañona funda “Cabildo”,
es más nacional y popular, pero también en sus artículos internacionales se
destaca el eje Berlín-Tokio, aunque no tanto como “El Pampero”. El
vicedirector, José María Fernández Unzain, poeta, periodista laborioso por su
trabajo, asiduo y constante, estaba en permanente contacto con los redactores,
entre los que se destacaba Roberto de Laferrere, quien atacaba la democracia
que vivíamos, por considerarla realmente inauténtica, experiencia periodística
combativa adquirida en “La Fronda”, donde redactaba una sección que denominó
“Damas radicales con bigotes” y mas tarde “Fichas de bigotudas”. Fernández Unzaín
me designó representante en Mar del Plata a fines de 1944, pero al ser nombrado
cónsul en Guayaquil no pude continuar.
“Bandera Argentina” tenía más
tinte nacional, pero estaba en la coctelera de la confusión del reencuentro nacional.
Su dirección y administración estaba en Tucuman 669, de la Capital Federal.
Los diarios “La Nación”, “La
Prensa” y “La Razón” no propalaban nuestro sentir, pero tampoco nos atacaban,
cumplían una misión informativa nacional e internacional de los
acontecimientos, sin banderías, con la resultante, que al no hacerse eco de
ideas foráneas, eran más nacionalistas que los diarios combativos que disponíamos.
La Cámara de Diputados formó una
“Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas”, y el 4 de diciembre, en
el Congreso Nacional fuimos interrogados por la Cámara, Epifanio Cayetano por
la Agrupación Carlos Pellegrini; por la Legión Cívica Carlos Rivero, en su
carácter de presidente, y Juan Manuel Tobio como secretario; por la Legión de
Mayo su presidente, Rafael A. Campos, y el suscripto; por la Agrupación Nacionalista
Laborista J. Benvenuto; por Acción Gremial Argentina Asdrúbal Figuerero. No se
publicaron nuestras declaraciones, ni se dio más trascendencia.
En febrero de 1943 se efectuó en
el salón Augusteo el Congreso de la Recuperación Nacional presidido por el
coronel Carlos A. Gómez, teniendo por vice al doctor Nimio de Anquín; vice 29 doctor
Franc L. Soler; vice 31? doctor Federico Leloir; secretario general doctor
Ramón Dolí; secretario doctor Abel Bonorino, doctor José María Rosa, doctor
Roberto G. Ramos, doctor Samuel Gradln y doctor Mauricio Ferrari. Asistieron:
Luis Agote RoBertson, Emilio Félix de Alzaga, Nimio de Anquín, Ricardo j;
Alberdi, Julio V. Aquino, Carlos Astrada, Guillermo Aldao Unzué, Jorge Aquino,
Arturo R. Angel, Fernando de Alzaga, Valentín Acevedo, Rafael Almiraty, .
Carlos Aráoz, Federico de Achával, Rafael Aguirre Lynch, Juan D. Amoretti, Juan
de Aráoz, Prudencio Ayuela, Héctor Bernardo, Abel Bonorino, Miguel Angel
Bordini, Luis F. Bracht, Lorenzo J. Butler, Ignacio Bunge, Horacio Barilati Bengolea,
Guillermo Brown, José M. Be rretta Moreno, Horacio Benítez, Rufino Benítez,
Federico E. Bracht, César Ruedo (h.), Alberto Britos Muñoz, Manuel BéíFeder,
Carlos Ballinas, Ricardo Baldrich, Miguel A. Bosch, Carlos A. Bernardo, René J.
Bedel, Alfonso von der Becke, Tiburcio Benegas (h.), Francisco Be llouard
Ezcurrá, José A. Balcarce, Angel Banfi, Osvaldo Berdina, Manuel D. Benavídez,
Víctor Bogard, Jorge Benegas, Eduardo Butler, Adolfo Cabrera, Luis A. Camar
tino, Alberto Caprile (h.), Carlos M. Castro Cranwell, Jorge Cid Besada, Oscar
R. Castilla, Emilio Cano Frers, Daniel C. Castro Cranwell, Florencio Castro
Cranwell, Carlos E^ Colautti, Alejandro Correa Luna, Teófilo Cu
yasTT^crnando'Cúllen, Jacobo Cordiviola Peuser, Ricardo Curuchet Oromí, Alfredo
M. Caprile, Hugo Calzetti, Alberto Contreras, Gustavo Campos, Víctor Correa
Luna, Juan F. Cabeza, Alberto Caride, Federico Corsiglia del Villar, Carlos
Eduardo Correa Luna, Alberto Campos, Luis Antonio Carzoglio, Alberto M. Campos,
Severo Carrizo del Moral, Jorge de la Cuesta, Horacio Calderón, Feliciano F.
Casanova, Adriano Díaz Cisneros, Ramón Dolí, Juan Manuel Duelos Peña, Luis G.
Drago, Osvaldo Horacio Dondo, Santiago Díaz Vieyra, Horacio Duraño na,
Filiberto Ornar Debarnot, Osvaldo A. Dighero, Tomás Devoto (h), Alejandro
Davini, Liniers de Estrada, Máximo Etchecopar, Alberto Ezcurra Medrano, Raúl de
Ezeyza Monasterio, Miguel Angel Etcheverrigaray, Alberto Espezel, José María de
Estrada, Matías Esteva, Alfredo Echagüe, Eduardo de Ezcurra, Alberto Elguera,
Nicolás Espiro, Martín de Elizalde, Miguel Echegaray (h), Alberto Estrada,
Pedro Ezcurra, Mauricio Ferrari Nicolay, Luis María Ferraro, Carlos A. Flores,
José Antonio Eilippini, Angel Ferreyra Cortés, Raimundo Fares José A. Francos,
Guillermo Ford, Marcelo Fagalde Marcelo Frías, Marcos Gigena Ibarguren César
Cnnyálor Iramain, Lorenzo Galfadoz, Gabriel Gálvez Bunge, Samuel Gradín,
Isidoro García Santillán, Virgilio
Giustianian Llambí, Carlos Gómez Alzaga, Vicente D. Gallo, Rómulo M.
Garona Carbia, Agustín F. Garona Carbia,
Juan F. Gurruchaga, Pedro B. Gutiérrez, Hipólito Gil Elizalde, Manuel
Gallardo, Agustín García Santillán, Jorge García Fernández, Eduardo García
Fernández, Federico Gigena Ibarguren, Lisandro Galíndez, Carlos Gius tinian
Llambí, Raúl Gándara, Arturo Giménez Fauvety, Martín Grondona, Cornelio A.
Gutiérrez Ruzo, Pedro García Garibay, Arturo García Montaño, Eusebio Gómez,
Antonio Gigena Ibarguren, Víctor Guarinoni, Federico Hoeffner, Martín
Harriague, Carlos Ibarguren (h), Federico Ibarguren, José Manuel Ibáñez,
Enrique ibargu ren, Federico Iriarte Udaondo, Jorge Ibarguren, Carlos Iriarte
Udaondo, Enrique Nicolás Kemper, Eduardo von Kaull, Américo Kenny, Roberto de
Laferrére, Bonifacio Lastra, Nicolás B. Lastra, Jorge Livingston, Héctor Augusto
Llambías, Francisco "Lapadula, Juan Carlos Len hardson, José Manuel Lavalle,
Francisco Lauría, Alberto Lavalle Cobo, Emilio Lamas, Roberto Jorge Leiva,
Jorge Laclau, Jorge Joaquín Llambías, Andrés Leguineche, Jorge Lavalle Cobo
(h), Mariano López Palmero, Milton Lima Mansilla, Juan Carlos Laferrére,
Faustino de Lezi ca, Ernesto A. Lombardi, Manuel de Lezica, Federico Le loir,
Horacio Lanús Mariño, Osvaldo La Valle, Federico López Saubidet, Carlos Alberto
Llambías, Julio Mestre Cordero, César F. Marcos, Carlos Mendieroz, Mario Molina
Pico, José Enrique Morad, Cecilio Morales, Carlos Morales Llerena, Eduardo J.
Muñiz, Gonzalo Muñoz Mon toro, José Manuel Moreno Bunge, Eduardo Mignaquy,
Alberto Magdalena, Carlos Muñoz Wright, Ricardo V. Murtagh, Juan R. P. Manzano,
Horacio Mackirilay (h), Luis JVÍercau Saavedra, Federico Massini Ezcurra, Enrique
Marcó del Pont, Pedro Meitin, Enrique Martínez Castro Videla. Diego Mantilla,
Carlos A. Meyrelles Torres, Francisco Raúl Medina, Marcelo Mujica Garmendia,
Carlos Menéndez Behety, Ernesto Marvenaro Boutell, Antonio Monti, Roberto Marcenaro
Boutell, José B. Mayoral, Adolfo Nanclares, Guillermo de Nevares, Guillermo E. de
Nevares (h), Horacio Novoa Zumárraga, José Luis Ocampo, Juan Pablo Oliver,
Ernesto Olivera, Luis V. Ochoa, Alfredo Ortiz de Rozas, Luis Ortiz de Rozas,
Julio Ojea Quintana, Francisco J. Oliver, Luis M. Otero Mon segur, Ramón Luis
de Oliveira César, Domingo Olivera, Mariano Olivera, Luis R. Oliver, Raúl
Oliver de Tezanos, Héctor Obligado, Alberto Obligado, Eduardo Oliveira Cesar,
Juan María Oromí, Luis María de Pablo Pardo, Arturo Palenque Carreras. Gregorio_
J/K. Petgom, Cesar E. Pico Evaristo M. Piñón, Francisco Prado, Lnnque Pearson,
Marcelo M. Pearson, Raúl F. Pampillo, Tiburcio Padilla (h), Hipólito J. Paz,
Guillermo Pezet, Enrique Píate, José Luis Peró, Eduardo Peró, Ambrosio Pons
Lezica, Lucas A. Padilla, Luis Pastorelio, Eduardo Pearson, Hernán Padilla,
Manuel Piehl, Miguel Pando Cara bassa, Julio J. Pertiné, Jesús H. Paz (h),
Marcial L. Qui roga, Ignacio Quiroga Molina, Víctor Rodríguez, Roberto G. Ramos,
Garios Rojas Torres, Angel Repetto, Juan P. Robbio Campos, Enrique Roca, Carlos
Gregorio Romero, J. Rawson Bustamante, Federico Ruiz Guiñazú, José M. Ramos
Mejía (h), Eduardo A. Roca, Néstor Raña y Quijarro, Eduardo Ramos Oromí, José
Eduardo Ríos, Manuel Risso, Carlos Steffens Soler, Héctor Sáenz y Quesada,
Marcelo Sánchez Sorondo, Hernán R. Seeber, Basilio Serrano, Vicente D. Sierra,
Jorge Strauss, Rolón Jorge Raúl Spika, Frank L. Soler, Alfredo Soares, Guillermo
Sundblad, Rafael L. Sitler, Horacio R. Stegmann, León Sayons, F. Seeber, A.
Sudbland, R. A. Sundbland, Marcelino Sepich, Manuel A. Soaje Pinto,
J._P._Spinetto Sáenz Valiente, Ricardo Silveyra (h), Diego""Sánchez
So roridó,' Pedro Arnaldo Suárez, Carlos Alberto Screnci, Jorge Schlleper,
Alfredo Tarruella, Fausto de Tezanos Pinto, Norberto Tornquist, Pedro Tilli,
Horacio V. Tedín, Jorge Luis Terrero, Carlos Alberto Torino, Fernando F. A.
Tornquist, Virgilio Tedín, José Luis Torres, Damián D. Torti, Gastón Terán
Etchecopar, Augusto Carlos Tormo, Raúl F. ferán, Luis A. Terán, Francisco
Uriburu Quintana, Alfredo Uriburu, Luis Ureta Sáenz Peña, Raúl Usandivaras,
Juan Carlos Villagra, Alfredo Villegas Oromí, Mario L. Villoldo, Roque P. Villa
Molina, Carlos Videla Marenco, Carlos Villegas, Enzo Valenti Ferro, Carlos
Viton, Guillermo Velar Irigoyen, Pedro Valerga Aráoz, Vidar Chávez, Jorge
Velázquez Pestaña, Ignacio Vidal Eduardo Villegas, Alberto Villar, Aníbal
Videla, Roberto Molina, Clemente Villada, Rufino, Alfredo G. Villegas, Luis G.
Villegas, Federico G. Walker, Lisardo Zía, Guillermo Federico Zavalía, Pedro
León Zavalía, Carlos Zam boni, Lorenzo Zelarrayán, Rafael Zambrano, Bartolomé
Zaneta.
Cuando el presidente doctor Ramón
S. Castillo, se hallaba en los delicados problemas del poder del Estado,
cumpliendo con todo lo estipulado en la Constitución, se apercibe que hasta la
providencia misma parece desencadenar la fuerza para una revolución, sin
encontrar la causa desencadenante; esforzándose en seguir en el orden dentro
del desconcierto, y pensó como racionalista ilustrado, pero se extravió
insensiblemente en una senda estrecha. Su moral siempre noble en sus
principios, se dirigió a la observación lenta, paciente y a una inducción prudente
y mesurada, con conocimientos subjetivos, que juzga como si fueran objetivos
trascendentales que deja hacer, pensando que dominará el peligro con su calma
catamarqueña inalterable; y por una razón inevitable y absoluta para discernir
las opiniones verdaderas de las falsas, llega a la conclusión, que no se encontrará
motivo para sustituirlo en el poder, pero el 4 de junio de 1943 fue la fecha
revolucionaria que puso fin a su mandato.
LEZICA DE, Manuel: Recuerdos de un nacionalista, Editorial
Astral, Bs.As., 1968, p.p. 97-123
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